¿Quienes Somos Nosotros? 1
Nosotros somos la Iglesia Evangélica Independiente de México A.R.
¿Cómo comenzó todo esto? Yo digo que comenzó en el corazón de Dios, y escogió a un hombre, un hombre de Dios llamado Alex Anderson, de Suecia. Este gran hombre de Dios tenía sus días especiales de oración para que Dios le mostrara su voluntad en su vida, y fue en un momento de estos, cuando en oración con sus ojos cerrados vio sobre su pecho un letrero que decía con letras de oro “México”.
Así
que, en el año de 1920, llegó a tierras mexicanas junto a su esposa
Esther y su pequeña hija Esthercita con un mensaje de salvación y
vida eterna.
De 1910 a la fecha han pasado 98 años, en estos 98 años hay muchas
cosas que contar, pero lo que es de Dios prevalece y nosotros hemos
prevalecido gracias al auxilio de Dios y su espíritu
Santo.
Fue
gracias a la oración que nació esta asociación, hoy en día debemos
de orar para continuar llevando ese mensaje de esperanza que tanta
gente necesita en su vida personal; Jesús elevó esta oración al
Padre (Juan 17:21) Para que todos sean uno, para
que el mundo crea, nosotros como asociados debemos ser uno, uno en
Cristo, todos unidos en el trabajo que realizamos, de manifestar a
Cristo al mundo, estando presentes ya sea en la convención
nacional, en el congreso de pastores, o convenciones regionales,
además muy pronto nuestro congreso de jóvenes; sí vamos hacia
adelante, claro está que siempre habrá obstáculos a vencer, pero
¿cómo lograremos vencer los obstáculos? Únicamente con
oración, y más oración.
Queremos rogarles que oremos, todos los que hemos creído en Jesucristo orando por nuestra amada asociación y por cada trabajo a realizar, queremos su presencia en medio de nosotros, deseamos su presencia en la iglesia local, recuerde que la oración es parte fundamental en la vida de la iglesia. Primeramente como líderes necesitamos que el Señor nos ayude a ver nuestra propia deficiencia y confesarle cuan seco está nuestro espíritu, creyendo que Él si nos ayudará.
Yo personalmente necesito el fuego de Dios para derretir el hielo de mi corazón y conducirme a una mejor intimidad con mi amado Salvador; no puedo esperar que mi congregación sea más ferviente en oración e intercesión de lo que yo debo ser.
Ahora, si nada más oramos por nosotros, estaremos siendo egoístas, oremos por nuestro nuevo gobierno, que haya justicia y equidad (Proverbios 14:34) “La justicia engrandece la nación; más el pecado es afrenta de las naciones”. (1 Timoteo 2:1-3)(Jeremías 33:3) “Clama a mí y yo te responderé.”
Amados hermanos la oración mueve montañas.
Bendiciones de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador y del Espíritu Santo nuestro santificador.
Su
hermano en Cristo Daniel Benítez Hernández.
Saludos y un abrazo.